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abril 09, 2013

Supera 'Vikingo' dura infancia

Terrazas fue invitado a los 15 años a entrenar boxeo y su vida cambió radicalmente.


El boxeo se convirtió en la brújula que Víctor Terrazas perdió desde los 11 años de edad.

Desde esa edad, el apodado "Vikingo" vivió sin la guía de sus padres y se enfrentó casi solo a un mundo de pandillas, drogas, alcohol y delincuencia.

"Crecí en el Barrio del Auditorio por el Benito Juárez donde se hacen las Fiestas de Octubre, ahí hice todas mis vagancias. Mis papás tuvieron sus problemas y cada quien tomó su camino, yo a la edad de 11 años vivía solo, mi papá se fue al otro lado (Estados Unidos) y mi mamá buscó a su pareja y se fue a vivir a Nebraska. Probé alcohol, drogas, dormí en las calles, pero lo superé, gracias al boxeo he salido adelante para poder darle una educación a mis hijos, la educación que yo no tuve", recordó Terrazas.



El "Vikingo" relata su pasado y se vuelve a situar en su presente donde a sus 30 años está arropado y acompañado de su esposa y dos hijos, alejado del terror de su dura infancia y preparándose para el combate más importante de su carrera del próximo 20 de abril en la Arena Ciudad de México, donde disputará ante Cristian Mijares el Campeonato Mundial Supergallo del CMB.

"Vivía donde me dieron oportunidad, con amigos y algunas familias, tuve una infancia dura, acostumbrado a hacer puros negocios chuecos, a agarrar dinero fácil. Vivía con un camarada, me daba chance de quedarme en su casa, le decían el 'Teto'. Lo peor fue haber tenido el vicio de las drogas, fue lo peor de mi vida, gracias a Dios no estoy lastimado ni mi cuerpo ni cerebro y es lo que se me hace increíble, de todo lo que consumí y no tenga nada en el cuerpo", indicó.
El "Vikingo" es un coleccionista de tatuajes que luce por todo su cuerpo, algunos relatan el amor que siente por su familia y otros son las huellas de cuando pertenecía a la Pandilla de la "Info 13".

"Diario había pleitos, drogas, alcohol, a veces comprábamos cosas y las vendías por otro lado o robábamos también, estéreos, lo que fuera, lo importante era sobrevivir, porque yo no tenía familia que me tendiera la mano. Estuve detenido en la Curva en Zapopan, en varios lados, en la Federal también...son errores, son señales que Dios nos manda para ir reflexionando, recapacitando", contó sin dar más detalles.

Pero la vida tenía preparado otro destino para Terrazas. Cuando tenía 15 años, alguien lo invitó a entrenar boxeo, deporte, que lo sacaría por completo de los vicios.

"Gracias a Dios conocí a Arturo "Cuyito" Hernández y él me invitó al boxeo, a entrenar en la Arena Coliseo, tenía 15 años y ya estaba con mi esposa, ya estábamos viviendo juntos, y el primer día dije, 'que voy a estar yo como loco frente a un espejo, haciendo sombra' y sentí que no era para mí, me salí, estuve como un mes fuera sin hacer nada y me regresó la inquietud y regresé a entrenar".

Pero, su debut en el boxeo profesional no fue fácil y tuvo que compartir sus entrenamientos con su trabajo en una fundidora de metal donde él con un marro partía el material.

"Cuando iniciaba y ya tenía mi hijo, esos fueron los momentos mas difíciles, porque no ganaba mucho, por pelear eran 600 u 800 pesos y apenas si alcanzaba para los pañales o leche del niño, corría, trabajaba, entrenaba y a veces nada más llegaba para decirle buenas noches a mi esposa y niño o salíamos un rato a caminar, esos fueron los momentos más difíciles de mi vida", dijo.

Hoy, casi 20 años después de esa dura infancia, el "Vikingo" tiene una carrera de boxeador que le ha dado para vivir cómodamente. El jalisciense abraza a su esposa y dos hijos, los motores de su vida, y espera el 20 de abril donde buscará comerse el mundo en otra pelea... sólo una más de muchas que ha tenido en su vida desde que era un niño.


Así lo dijo...

"Mis tatuajes son un recuerdo vivo, de cuando andaba de vago en el Barrio, que se siente uno grande al estar tatuado. que tengo en la espalda de mi hija que en paz descanse junto con una virgen, es lo máximo para mí, es un angel que me está cuidando, acababa de nacer y falleció, es un angelote".


"Ahora mis hijos me motivan mucho, ellos me acompañan a las peleas, mi esposa es mi mano derecha, platicamos bastante, los consejos que ella me da, hacemos un buen conjunto".

"Gracias a Dios ya estoy limpio, nada más lo que quedaron en mi cuerpo fueron los tatuajes, pero yo siento que no tiene nada de malo, al contrario, me da orgullo decir que ya vencí ese vicio que tenía".

"Tengo colección de tenis ahora, porque yo de chico no tenía tenis, cada que peleo compro uno o dos pares, siempre quise tener tenis buenos, ya hasta me regaña mi esposa de tantos que compro".

"Hubo momentos que yo le decía a mi esposa que me iba a retirar y dedicar a trabajar. Ella me decía que no que le siguiera y gracias a Dios le hice caso".
Víctor Terrazas
Boxeador jalisciense


"Tenemos 14 años juntos, creo que cada vez es mejor, como han pasado los años, él ha madurado demasiado y la vida cambia a las personas y él es muy buen padre, siempre está pensando de que manera sacarnos adelante y tener lo mejor, ahorita es mucho mejor que antes".
Susana Ávila
Esposa del 'Vikingo'


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