El WBC Cares y las campeonas del CMB comparten experiencias de vida, a la vez escuchan sueños y anhelos
Más que una visita de campeonas y profesionales de los guantes, fue una plática de amigas, nueve niñas de la Casa Hogar "Santa Clara" recibieron la visita de la Campeona Emérita y Diamante del WBC, Ana María la "Guerrera" Torres y su pequeñito de un mes y medio Cristóbal; la campeona mundial supermosca Zulina la "Loba" Muñoz, Anabel la "Avispa" Ortiz y Judith Rodríguez, quienes platicaron con las niñas de como los sueños se pueden alcanzar, siempre y cuando se trabaje para conseguirlos.
Más que una visita de campeonas y profesionales de los guantes, fue una plática de amigas, nueve niñas de la Casa Hogar "Santa Clara" recibieron la visita de la Campeona Emérita y Diamante del WBC, Ana María la "Guerrera" Torres y su pequeñito de un mes y medio Cristóbal; la campeona mundial supermosca Zulina la "Loba" Muñoz, Anabel la "Avispa" Ortiz y Judith Rodríguez, quienes platicaron con las niñas de como los sueños se pueden alcanzar, siempre y cuando se trabaje para conseguirlos.
Cristian Manzur, directora del programa WBC Cares México, agradeció la hospitalidad y la oportunidad de conocer a estas pequeñas guerreras de la vida, quienes visiblemente contentas no tardaron en cuestionar a las bellas púgiles.
Ana María Torres fue la primera en abrir su corazón, contando como a pesar de las adversidades ha sabido salir adelante, conquistando todas las metas que se ha propuesto en la vida, tanto en el ámbito profesional como en el personal y las exhortó a trabajar por sus sueños sin importar los obstáculos que puedan presentarse en el camino.
Con una gran sonrisa y dejando de lado la pena, cada una de las pequeñas compartieron parte de su vida y los anhelos que tienen.
Gratamente fuimos descubriendo en esa mentes infantiles a la futura pediatra, la maestra de piano, la veterinaria, la maestra de Geografía y hasta una ingeniera en sistemas y es que a pesar de que la vida de estas pequeñas no empezó de forma ideal el amor y la entrega de la Madre Superiora (quien desde hace 12 años ha dedicado su vida a esta labor), les ha dado la oportunidad de un futuro prometedor, así como de desarrollarse en un ambiente sano con aroma a hogar.
Una visita en la que no sólo se repartieron fotos, autógrafos, playeras, gorras y demás regalos sino más importante aún, donde niñas y boxeadoras tuvieron la fortuna de retro alimentarse y compartir un momento muy íntimo donde todas abrieron su corazón y confesaron sus sueños.
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